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viernes, 1 de julio de 2016

Julio


Jean-François Millet (The siesta, 1866)


 El campo de lavandas desparrama
fragancia  de perfume solariega,
cercenada ya la mies veraniega
falta  sombra,  resguardo de la flama. 

Canto de chicharra, ajada rama.
Claridad, transparencia, llama ciega
 que en soleada campiña manchega,
el estío ardoroso se proclama.

Tibia noche de insomnio placentera.
Alborada de sabanas cálidas.
Siestas con mutismo incasdencente.

Desnudez de figura se leyera,
en vestido tus curvas  tan ceñidas,
refrescando tu cuerpo con mi mente.

©Giliblogheces


Música de acompañamiento:


     Preludio a la siesta de un fauno - Claude Debussy


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