No tengo, de escribir ganas apenas.
Mis musas se deslizan prepotentes,
entre el cristal borroso de mis lentes
sin detenerse en ayudarme, ajenas.
Comedido, desdeño el altercado
que engendre en mi, meritoria ceguera,
trocando en Tamiris sin que yo quiera,
por el desdén del verso inacabado.
Calíope me niega la elocuencia,
Erato los poemas seductores,
Talía la sonrisa complaciente.
Melpóneme me niega su presencia
solo Euterpe me presta sus favores
y tócome la flauta... inapetente.
©Giliblogheces
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2 comentarios:
¡Excelente!
Gracias!
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