MASTER DEL UNIVERSO

Un día es un día; pensó el avaro y añadió a la olla un garbanzo. Da igual si negro o blanco, que a estas alturas el buenismo es moda.

Claro ,que para pagar la residencia estival donde la costa del Astro Rey lleva su nombre, es necesario ir de costa a costa para costearse tan costosa necesidad.

Cierto y seguro, las eminencias indiscutibles necesitan un espacio libre de humos industriales que antaño hicieron tanto bien y que ahora el pájaro azul, dando eco al postureo engreído, calafatea los agujeros negros de nuestra conciencia.

Cumplir con la ética profesional no es el objetivo. Es mejor que lo parezca a que lo sea. Clavarse un lazo del color que toque, no hace juego con la vestimenta, aunque con ello intentemos a toda costa que nuestra sombra sea Thecnicolor y mucho mejor que la negra del común de los mortales. A veces cuesta más el intento desaforado por parecer, que el prestigio ganado con el paso de los años, pero hay gente que no damos de si y no por ello vamos a dejar de ser algo importante en la vida.

Dicen que este país está lleno de estas cosas. Somos figurantes vacuos incapaces de solucionar aunque lo parezca. El truco está en dar explicaciones certeras y creíbles para justificar lo inútil de nuestras acciones. El ignorante (vulgo vulgo) queda satisfecho.

¿Si hago lo que siempre he hecho, nunca llegaré más allá de donde siempre he llegado?. ¿Y si lo que hago es nada y pinto mi fachada?. Deslumbrare sin duda, dejando a los que me miran ciegos sin percibir las telarañas de mi cerebro.

Y que culpa tengo yo de ser tonto, al menos lo reconozco conmigo mismo, pero no es asunto que deba saberlo todo el mundo. No lo seré tanto, cuando intento desesperadamente no parecerlo.

Debo ser el más listo de los tontos eso seguro, porque estoy en la certeza de mi tontuna. Esta claro, no hay tonto que por muy tonto sea que tonto se crea y el esfuerzo por no serlo se me presenta tan complicado que prefiero que otros hagan por mi el trabajo que a mi me corresponde, eso si, atribuyendome siempre el merito.

                   ©Giliblogheces