me quitas un pedazo de vida, una migaja,
un trozo de hilo de desconocida mortaja
que me arrancarás, infalible exterminadora.
Pasas despacio, segura, sin remedio alguno
que pueda librarnos de tan común desatino
y al incauto sorprendes, silencioso felino,
en el momento evidente, más inoportuno.
Y el que te acompaña, cierra la puerta al salir
y nos deja encerrados adentro de la vida ,
obstinados en que no llegue la brisa fría.
Al final o entremedias, sin poder elegir,
inútiles luchamos en batalla perdida
y olvidamos disfrutar las noches y los días.
©Giliblogheces
©Giliblogheces
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