Andando yo un día fuíme
a mi amada convenciendo
por los caminos abriendo
ejercicio que redime
de la carne que te oprime
del sofoco que te sana
ejercicio que sin gana
haces con poca fatiga
con la edad que ya te obliga
aunque sea tan de mañana.
A mi lado ir no quería
ni levantar de la cama
lo que para ella era un drama
para mi fue una alegría,
un anhelo, que cumplía
poder juntos en pareja
sincronismo que despeja
mentes de todo pecado
mano a mano con tu amado
fuerte brazo te proteja.
Alegres en nuestra dicha
en pleno calentamiento
vimos otro adiestramiento,
un atleta haciendo chicha
golpeteando su picha
con su musculoso brazo
dándose él solo un gustazo
¨¡Oh Dios mio!, un onanísta
en pleno ejercicio egoísta
sacándose brillo al mazo
Lo de andar por el sendero
trocose en veloz carrera
no fuera que nos ungiera
con su savia el pajillero
apurando con esmero
entre arbustos y rastrojos
sin dar crédito a los ojos
del éxtasis prolongado
con la mano provocado
por los dedos en manojos
Y aquí va la moraleja
unos hacen el intento
perdiendo casi el aliento
mientras otro se despelleja
sin fatiga y sin pareja.
¿Es el mismo resultado ?
¿Es el deporte adecuado?
De principio y de salida
la misión esta cumplida
y corriendo se ha acabado.
©Giliblogheces
©Giliblogheces
Nota: Genéricamente, una décima en poesía, es una estrofa constituida por 10 versos octosílabos. La contribución de Espinel fue fijar la estructura de rimas de la décima en abbaaccddc. La rima es consonante. Aquí he escrito cinco DÉCIMAS ESPINELAS. Junto al soneto, es la composición para mi más perfecta para un poema y en este caso para un epigrama. Además es un hecho verídico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario