Con las manos amarradas
y la carita de pena,
en su Faz con sangre lleva.
Y me sangran tus heridas
y me duele tu corona
y hasta me lloran los ojos
y me ahoga tu maroma.
Al Inocente ya llevan
camino de su Pasión,
Cautivo de nos pecados,
buscando la Redención.
Y me sangran tus heridas
y me duele tu corona
y hasta me lloran los ojos
y me ahoga tu maroma.
Los nudos que al Cristo oprimen,
que a mi Nazareno aprietan,
la soga al cuello colgada,
nuestros pecados sujetan.
Y me sangran tus heridas
y me duele tu corona
y hasta me lloran los ojos
y me ahoga tu maroma.
Que redoblen los tambores
que se callen las trompetas
que procesiona el Cautivo
por mis calles recoletas.
©Giliblogheces
No hay comentarios:
Publicar un comentario